Tiempo
Pequeños sobresaltos marcan el camino zigzagueante de la vida; fechas, lugares, amigos o libros son como mojones de ese recorrido existencial. En la memoria los tiempos se confunden, y el pasado remoto se hilvana con el presente de anteayer, pareciéndonos mentira que hayan pasado tantos días. La memoria toma entre sus dedos con ánimo de hilandera el tenue cordel que todo lo vincula, la urdimbre de una vida y su sucesión. Salvo la vida, nada dura. Sólo la memoria perpetúa; y, cuando olvidamos, algo en el universo se apaga, como una pavesa consumida.